Nace techô, una socimi social para paliar el sinhogarismo en España

Arranquemos con unos datos demoledores: el número de personas sin hogar en España ha crecido un 24,5% en los últimos 10 años, hasta alcanzar las 28.552 personas mientras que se calcula que existen unos 3,4 millones de viviendas vacías. Andalucía, País Vasco y Castilla y León registran el mayor aumento de personas sin hogar del país.

Más datos: para acabar con el sinhogarismo (según la Comisión Europeael sinhogarismo suele incluir situaciones de vulnerabilidad, inseguridad o baja calidad de las viviendas y las causas más frecuentes que provocan que las personas sufran este tipo de situaciones están relacionadas con la pobreza, el desempleo, migración…), harían falta 1.200 millones de euros, según el informe elaborado por la consultora EY.

Parece más que evidente y lógico que disponer de un hogar ayude a sanar el resto de heridas: desde el confort de una vivienda pueden ir paliándose otras situaciones complejas y las entidades sociales que colaboran con estas casi 30.000 personas así lo manifiestan: “Lo primero, un hogar y luego con la estabilidad de una casa se puede trabajar el resto de carencias”, manifiesta Blanca Hernández, presidenta de la socimi social techô.

Pero, ¿qué es techô? En pocas palabras, un proyecto muy ambicioso que pretende acabar con ese sinhogarismo y que aglutina a entidades sociales, ‘family office’, grandes empresas, etc. Personas de distintos ámbitos que quieren solucionar un enorme problema social.

“En un país con casi 3,5 millones de casas vacías, el sinhogarismo es el problema social más importante en nuestra sociedad. Al mismo tiempo, las administraciones y los inversores de impacto disponen de fondos para apoyar a ONGs con alquileres de casas vacías capaces de sacar a las personas sin hogar de la calle. Con estas premisas, desde techô estamos muy orgullosos de haber desarrollado una solución empresarial inmobiliaria, lanzando un vehículo de inversión de impacto para paliar esta situación”, según Hernández.

Ese es el primer acierto, crear un vehículo de inversión transparente. “Queremos dar una respuesta empresarial y con inversión de impacto al problema del sinhogarismo. Solo con filantropía no se arreglan las cosas, nadie nos iba a regalar casas así que ideamos un vehículo de inversión, y ahí fue cuando surgió la Socimi social que son vehículos muy eficientes, muy rigurosos, dan confort al inversor”, aclara Hernández.

¿Qué hace techô? Comprar viviendas para que entidades sociales trabajando con colectivos vulnerables y sin hogar les den un techo, valga la redundancia, por el que se paga un alquiler social.

“Estamos en un momento en que queremos reciclar todo, hay una obsesión buena por el reciclaje, pues vamos a reciclar viviendas. Recuperemos esas viviendas que están vacías, vamos a dinamizar los barrios, barrios donde hay ya mucho tejido asociativo, hay mucha diversidad… No digo que desde Techo no se vayan a apoyar otros proyectos de construcción si son necesarios pero el objetivo primero es ir comprando casas ya construidas, reciclarlas y mejorarlas”, explica.

Salida a bolsa en febrero de 2024

Hay inversores institucionales, particulares y mucho ‘family office’ (la mayoría, un 80% de los inversores de la socimi). Hernández da algunos nombres: Azora, Renta4, Tresis, la consultora EY pero son muchos más… “En total hay unos 100 inversores. La inversión comprometida es de 29 millones de euros y hay desembolsados 25 millones ya”.  Acaban de cerrar su última ampliación de capital y su previsión es “salir a bolsa, en BME Growth, a primeros de febrero. Renta4 lidera la salida a bolsa”, detalla.

Como ella misma reconoce, la filantropía no lo soluciona todo, entonces, ¿qué gana el inversor de impacto? “Parte de ese alquiler social. Nuestros alquileres están un 25%-30% por debajo de mercado. A las entidades sociales que gestionan los pisos les pedimos que dignifiquen al colectivo que tratan; deben tener una metodología que combine la vivienda con acompañamiento, tiene que haber un itinerario personalizado con el usuario. Además, la entidad social es quien opera el piso y tiene que reportar para hacer mediciones de impacto (cuántos viven en esa casa, cuántos vuelven a la formación, cuántos consiguen un trabajo…)”.

Hernández espera que la socimi sea rentable por dos razones. Por un lado, “porque todas las empresas que están prestando sus servicios en la gestión lo hace, lo hacemos, sin ánimo de lucro, se prestan los servicios pro bono  o con unos descuentos importantes. Y, por otro lado, porque las entidades sociales pagan su alquiler. Eso hace posible que la socimi sea rentable”.

Además de esta herramienta también han creado una Fundación, con el mismo nombre, techô. “Si trabajamos todos juntos se pueden encontrar soluciones a los grandes problemas sociales”, finaliza.

Fuente:www.idealista.com

Publicado en Blog

viernes Dic 29 2:31 pm

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