La transición energética no puede esperar, pero… ¿es posible acelerarla?

La tercera edición del EDP Business Summit se celebrará el próximo 7 de marzo con un objetivo claro: estudiar cómo pueden contribuir las utilities, el resto de empresas y la sociedad en su conjunto a acelerar la transición energética. Todo ello con el fin de construir un futuro más limpio y sostenible para todos.

La transición energética se ha convertido en la gran revolución de nuestro tiempo, pero nos ha marcado un plazo límite. El impacto del cambio climático es cada vez más evidente y material. Hemos cerrado 2023 como el año más caluroso en la Tierra desde que empiezan los registros, con una alarmante temperatura media de 1,48 ºC por encima de los niveles de referencia preindustriales.

Incendios, inundaciones, sequías, la subida del nivel mar y el aumento de la temperatura de sus aguas… no son pocas las muestras que el cambio climático va dejando a su paso. La Unión Europea, como líder mundial de la acción por el clima, se ha comprometido a alcanzar la neutralidad climática en 2050. Para lograr ese objetivo, es necesario mantener el rumbo marcado por su propia Ley del Clima y por el Acuerdo de París, con el fin de construir una economía sostenible y sólida ante los riesgos climáticos, libre de combustibles fósiles, con una industria tecnológica limpia y competitiva y, todo ello, a través de una transición que sea justa para todos y no deje a nadie atrás, asegurando un futuro más sano y seguro.

Así, la Comisión Europea recomienda que se fije un objetivo de reducción neta del 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2040. La energía desempeña un papel fundamental para conseguirlo, ya que es una de las principales fuentes de emisión de CO. Por ello, es necesario aumentar la penetración de las energías renovables en el sistema eléctrico, de tal forma que la eólica, la solar y la hidráulica sustituyan a los combustibles fósiles; e invertir en formas de almacenar la energía proporcionada por ellas para evitar que se desperdicie y poder utilizarla cuando sea necesario. La meta es conseguir que, en 2050, el 90% de la electricidad proceda de fuentes renovables y, al menos, la mitad del consumo energético proceda de la electricidad.

La COP28, celebrada a finales de 2023 en Dubái, logró un compromiso mundial histórico para abandonar los combustibles fósiles y apostar por las energías renovables. Más de 130 gobiernos nacionales acordaron trabajar juntos para triplicar la capacidad mundial instalada de energías renovables. Y es posible conseguirlo, ya que se calcula que las incorporaciones anuales mundiales de capacidad renovable aumentaron casi un 50% en 2023, fijando la tasa de crecimiento más rápida de las dos últimas décadas.

LOS GRANDES RETOS

Aunque pueden variar de un país a otro, es innegable que existen una serie de retos a los que los gobiernos deben enfrentarse para cambiar esta previsión y alcanzar estos 11.000 GW en 2030 y pueden resumirse, principalmente, en los siguientes: la falta de visibilidad sobre las políticas a largo plazo, la lentitud a la hora de desarrollar respuestas administrativas, así como una inversión insuficiente en infraestructuras de red, lo que impide que la energía limpia se inyecte más rápidamente. También los obstáculos administrativos, que hacen que el procedimiento de autorización sea engorroso, los problemas de aceptación social y la insuficiente financiación, tanto pública como privada, que reciben las economías emergentes y en desarrollo.

Fuente:www.elmundo.es

Publicado en Blog

martes Feb 27 12:02 pm

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